Para J-M Ullán,
in memoriam.
En la rugosidad, en el espasmo,
en el fractal de imponderable ángulo,
en la orilla turbulenta, en
la contingencia de lo horrible y en
la segura catástrofe del pliegue.
Allí estábamos todos procurando
olvidar los bordes imposibles
de la isla que constreñía nuestros pies.
Fue ardua la tarea
hasta que vislumbramos al barquero.
R. de M. 26/5/ 2009
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