El corazón del todo es un campo magnético
que atrae depredadores y repele virtudes,
ceba al instinto bajo con gavillas doradas
y vilipendia al justo latido de sus ritmos.
La inducción hacia el borde de la causa potable
vierte peces infectos si es que fuese preciso.
R. de M. (de: La ley de la piedra. 1995)
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